Gloucestershire Cheese Rolling 2009

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Chuck Norris

Los Dinosaurios miraron mal a Chuck Norris una vez. UNA VEZ.

Chuck Norris murio hace 10 años, solo que La Muerte no ha tenido el valor de decirselo.

Superman usa pijamas de Chuck Norris.

Las lágrimas de Chuck Norris curan el cáncer. Es una pena que él no haya llorado nunca.

Chuck Norris no duerme. Espera.

Chuck Norris ha contado hasta el número infinito... dos veces.

Cuando el Hombre del Saco se va a dormir cada noche, mira en su armario para ver si está Chuck Norris.

Chuck Norris es 1/8 Cherokee. No tiene nada que ver con sus antepasados, se comió un indio.

Si Chuck Norris llega tarde, más le vale al tiempo ir más despacio.

Chuck Norris no lee libros. Los mira fijamente hasta que consigue la información que quiere.

Chuck Norris tiene dos velocidades: Caminar y Matar.

Chuck Norris no se afeita, se da patadas en la cara.

Chuck Norris perdió la virginidad antes que su padre.

Chuck Norris puede dividir entre cero.

Chuck Norris no se moja en la lluvia: Es el agua la que se impregna de Chuck.

Cuando Chuck Norris va a donar sangre no usa jeringuillas: Pide un cubo y un cuchillo.

No existen minusválidos sino gente que ha peleado con Chuck Norris.

Chuck Norris puede quemar una hormiga con una lupa... de noche.

De noche, Chuck Norris duerme con luz. No porque tenga miedo a la oscuridad, sino porque la oscuridad teme a Chuck Norris.

Bigfoot no existe por que Chuck Norris se lo comió.

Una patada voladora de Chuck Norris es el metodo preferido de ejecución en 16 estados.

Chuck Norris jugó a la ruleta rusa con un revolver completamente cargado y ganó.

De Jerusalén a Santiago

1 de enero de 1999.
Noruega. Aguas heladas.
El congelador bacaladero 'Revolución' de bandera panameña naufraga en Cabo Norte y de sus 17 tripulantes sólo se salva uno.
«Resistí nueve horas como pude encima de dos cadáveres. Fue tremendo. Prometí a la Virgen del Carmen que si me salvaba, recorrería todos los caminos del mundo en peregrinación visitando los santuarios de todas las religiones. Me rescataron y tuve que estar ocho meses en una cámara hiperbárica. Cuando me recuperé, cogí los 36.000 euros que tenía ahorrados y comencé a andar para cumplir mi promesa».

José Antonio García Calvo es un peregrino gaditano muy especial que cumple una promesa, Viene de Italia y va a Santiago de Compostela. A pie. Pero no es un peregrino normal del Año Jacobeo, aunque lo parezca con su mochila, su piel curtida y su forma envidiable a los 60 años.

Ha caminado 95.000 kilómetros, más de dos veces la circunvalación de la Tierra. Ha visitado Palestina, Israel, India, Tíbet, China, Rusia, América del Norte y del Sur...

Es su tercer camino de Santiago y lo va a hacer por la costa, quizás porque su cuerpo fibroso se lubrica con el salitre.

Con este viaje termina su recorrido, se cierra su promesa. En Cádiz le espera su hija y sus dos nietos que aún no conoce.

Siempre en medio

¡Tsss, Papa Pitufo! ¿Pero no ves que los tortolitos se están haciendo la foto de bodas? ¿Te has perdido de la aldea? ¡Quita de en medio, payaso!

¡Eh, la del pasillo! ¿Que cojones estas mirando? Tus amigas se están arreglando para irse de fiesta esta noche… y tu ya sabes que te vas a quedar encerrada en tu puta casa zampando bollos. ¡Así que ya sabes!

¿Y esto? ¡Tsss, tontorron! ¿Te estas entrenando con el plátano para chuparle la polla al cantante? ¡Maldito imbécil! A ver si aprendes de tu amigo el cuatro-ojos: él si que sabe mostrarse como un tipo duro. Bua! y de la vieja de la primera fila mejor ni hablar.

¡Por los clavos de Cristo! ¡Pero cierra la boca, hija de puta! ¿No ves que me estas asustando?

Esto… ¿Como podría decirlo delicadamente? ¡Fuera, bicho! ¡Fuera! ¡Baish, baish!

Tiene usted unos senos preciosos, señorita. Pero… ¿el hijo bastardo de George Bush y su acompañante chupapollas son amigos suyos? Una verdadera lastima. Creo que desentonarían bastante en mi circulo social. Decididamente, lo nuestro no puede ser.

¿Que hacen esos dos junto al Equipo Juvenil de Animadoras? ¿Quien diablos ha hecho esta foto? ¡No puede ser! ¡Cuanta depravación!

By Inner el Pendejo.

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