miércoles, 24 de febrero de 2010

Gin Tonic

Su origen se remonta a cuando el ejército británico se enfrentaba en la India a ciertas enfermedades. La tónica contiene quinina, que es un producto utilizado para combatir la malaria. En el siglo XVIII, la tónica que se consumía poco tiene que ver con la que conocemos actualmente. Era más “medicina” y menos “bebida de placer”, así que su sabor era mucho más amargo y la cantidad que quinina contenida también era mayor. Para hacer más atractiva esta bebida, se la añadía ginebra. Además, de este modo también se alentaba el ardor guerrero a través del alcohol.

Son muchos detalles los que debemos tener en cuenta a la hora de hacer un Gin Tonic, el primero es el vaso, siendo el ancho y corto el que mejor nos viene. Aunque si disponéis de una copa balón también está bien. El motivo es que la Ginebra necesita una boca ancha para que se oxigene y desprenda todo su arsenal de aromas.

También necesitaremos limón verde, o más conocido como lima. Pero no el zumo del limón como aconsejan en algunos sitios. El zumo del limón mata las burbujas de la tónica y el Gin Tonic pierde buena parte de su gracia. Necesitamos la esencia de la lima, para eso cortamos piel sin la parte blanca) la estrujamos encima del vaso y veremos salir pequeñas micro gotitas (es el espíritu de la lima). A continuación lo restregamos por el borde de la copa y lo dejamos en el interior del vaso. Si queremos poder cortar un gajo y añadirlo con posterioridad.


Por otro lado vamos a necesitar mucho hielo, tanto como para llenar el vaso por completo. El hielo procuraremos hacerlo de agua de mineralización débil, es decir procuremos no hacer los hielos con agua del grifo.

Echamos la Ginebra de nuestra elección, contando 3 segundos o lo que es lo mismo (1001, 1002, 1003) y a cierta distancia de la boca del vaso para que la Ginebra se oxigene. No se trata de un lingotazo, se trata de saborear una bebida con placer, no de otras cosas.

Por último rellenamos hasta arriba de tónica y con el mango de una cuchara damos una vuelta para darle vida a las burbujas. No os paséis que si no pasamos de darle vida a dejarle sin ninguna.

La ginebra es mucho más que sabor a colonia, hay autores que incluso piensan que no se aprende a beber con estilo hasta que no se han dado un par de tragos a un Gin Tonic bien elaborado, a partir de ahí nos podemos considerar iniciados en un verdadero arte.

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